Antecedentes:
El 22/9/2014 publiqué un post titulado «Los beneficios reales de mi libro» (Link), en la cual
explicaba que «Desde que publiqué el
libro, se han incorporado a mi cotidianeidad personas que, poco a poco, han
ido conformando mi red de contención social, aquella que se pierde cuando, como
lo hicimos Silvina (Link) y yo, se decide
abandonar el país de origen».
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De izq. a der.: Leo Mazzola, Inma García Ros, Mireya Alcaráz y María Bonmatí. |
Esa frase explicaría el porqué de la presencia de Leo Mazzola (escritor, Link), a Inma García Ros (reseñadora, Link), a María Bonmatí (18
años, reseñadora, Link) y a
Mireya Alcaráz (15 años, escritora, Link),
en la presentación de «Todas son buenas
chicas» del sábado pasado,11/4, en la librería Pynchon&Co (Link) de Alicante. Era una forma
simbólica de agradecer a todos los amigos que llegaron a mi vida a través de
esos relatos, y que me han apoyado.
La frase:
Cuando habló Mireya, dijo: «Néstor dice que escribe con pasión pero sin
esperanzas. Quiero decirle que leyendo su libro, advierto la pasión, pero no la
ausencia de esperanza».
Escribo con
pasión, pero sin esperanzas
Esa frase la he pronunciado muchas veces, creo que desde el mismo día en
que falleció mi mentor, don Américo Calí
(Link),
en 1982, cuando yo tenía dieciocho años, y quedó truncado el proyecto de publicar mi primer libro de relatos. No
obstante, también la he citado en situaciones de distinta índole, porque «esperanza»
es una palabra que se expande.
Escribí mis primeras oraciones con intencionalidad
literaria a los catorce años, movido por un sentimiento fronterizo con la
envidia. No recuerdo cómo fue, pero una noche leí «El milagro secreto» de Jorge Luis Borges, y sentí que el lenguaje literario trascendía las palabras,
y envidié la capacidad de Borges para conseguir «eso». Con el transcurso de los
años, mi literatura se convirtió en lo que soy: «Un hombre que busca respuestas a través de la escritura».
Respuestas que nunca llegan y que sé que nunca llegarán. Escribo con pasión (por
la búsqueda) y sin esperanzas (por el desencuentro).
Por supuesto, no soy un hombre
excepcional. Ni por ser escritor ni por buscar respuestas. Todos las buscamos.
Algunos en charlas de bar, en foros de internet, en la lectura, o consultando
adivinadores, psicólogos o expertos (en un mundo que para tener un certificado
de experto, de lo que sea, basta un cursillo de treinta horas y algunos euros).
Yo las busco escribiendo. En eso se ha convertido mi escritura. Busco respuestas
a una humanidad que no entiendo, o que quizá me niego a entender tal como la
veo: Frágil, a punto de hacerse trizas, navegando entre radicalismos y
contradicciones, injusticias y falsas igualdades, con los valores subvertidos,
donde el concepto de generosidad se confunde con el de justicia, la idea de
solidaridad se reduce al tiempo que demanda un clic en un me gusta en las redes
sociales, y la caridad es un carnaval de humillaciones disfrazadas de virtud. Veo
una sociedad individualista (en la que me incluyo) que busca el bienestar (o felicidad) por medios insostenibles, incapaz de conmoverse por
y moverse con
sus vecinos, porque estoy convencido de que somos miopes: No somos capaces de ver que nuestra felicidad no será sostenible si se construye
sobre infelicidades invisibles.
Si doy un vistazo a todo lo que he escrito en los
últimos años, siento que cada palabra señala y recorre esa fragilidad humana. A
veces de modo sutil y, en otras, muy toscamente. Por eso, como narrador,
intento desaparecer, para mostrar una historia pura, sin juicios ni prejuicios
de mi yo autor, con personajes vivos y escenarios identificables, que susurren
al lector y lo inviten a completar todo lo que me he negado a escribir, y que es
el verdadero engranaje que mueve mis
historias.
Por eso, Mireya, si ves pasión, es porque mi búsqueda
es apasionada, pero si no ves la ausencia de esperanza, es porque está
sumergida debajo de esas capas
superficiales de la escritura (Link),
en un plano muy profundo, que pertenece a mi intimidad emocional.
Gracias por tu visita.
«Todas son buenas chicas» (Link).
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